|
|
AS NOSAS FESTAS, LENDAS E TRADICIÓNS
PROGRAMAS DE FESTAS
|
|
|
|
|
|
|
O CONVENTO DE VISTA ALEGRE, UNHA XOIA DO NOSO PATRIMONIO
SANTA RITA - TRADICIÓNS
Construído por orde do Arcebispo de Santiago D. Fernando de Andrade y
Sotomayor, no ano 1645 colocáronse as primeiras pedras do Convento, considerado
actualmente, co Pazo lindeiro, Monumento Histórico Artístico. No ano 1652, o 24
de Xuño, chegou a Vilagarcía a primeira comunidade de monxas Agustinas
procedentes do Convento de San José de Villafranca del Bierzo establecéndose
como fundadoras e encerrándose en clausura ese mesmo día. Con elas traen unha
imaxe de Rita de Casia que aínda se conserva. Foi a partir do ano 1913 cando se
magnifica e engrandece o culto a Santa Rita promovido polo vilagarcián Antolín García,
propietario dunha parte do Pazo, como agradecemento pola curación dun mozo
amigo da súa familia. A devoción popular fixo da relixiosa italiana Rita
Mancini Ferri (Santa Rita), vilagarciá de adopción.
Cámara e edición : Rafa Sabugueiro - Imaxes aéreas : Carlos Porto - Banda sonora “Vivir en silencio” : Juan Carlos Porto
|
|
|
|
|
|
|
|
Historia de la italiana Rita Mancini Ferri “Santa Rita”, Villagarciana de adopción |
|
|
As Festas en honra a San Fidel en Carril no ano 1882 – Descripción e programa |
|
|
Lendas e tradicións - Por Carlos Rey Cebral |
|
|
Notas sobre la Semana Santa del año 1896 en Vilagarcía de Arousa |
|
|
San Roque, Santa Eulalia e a Igrexa de Vilagarcía - Pequenos apuntes históricos |
|
|
A Farsa de Carril (Tradicións) |
|
|
Los Cabezudos - Por Carlos Rey |
|
|
Programa de festas - Ano 1932 - Premer cadrado para pantalla completa |
|
|
Programa de festas - Ano 1950 - Premer cadrado para pantalla completa |
|
|
Programa de festas - Ano 1951 - Premer cadrado para pantalla completa |
|
|
Programa de festas - Ano 1953 |
|
|
Programa de festas - Ano 1955 |
|
|
Programa de festas - Ano 1956 |
|
|
Programa de festas - Ano 1957 |
|
|
Programa de festas - Ano 1959 |
|
|
Programa de festas - Año 1963 |
|
|
Programa de festas - Año 1961 |
|
|
La centenaria devoción a San Roque y sus fiestas |
|
|
Procesións e actos relixiosos - Imaxes antigas |
|
|
El Castillo del Monte Lobeira – Entre la historia y la leyenda |
|
|
Los Títeres. Por Enrique Lago Cid |
|
|
A menciña popular en Galicia |
|
|
Mis recuerdos de la fiesta de Sta. Rita. |
|
|
O testamento do Burro de Faxilde - Tradicións |
|
|
A festa dos Maios no Concello de Vilagarcía - Parte II - Tradicións |
|
|
Consagración de nuestra ciudad al Corazón de Jesús. |
|
|
San Roque e o famoso pasodoble "Triunfo" |
|
|
A festa dos Maios no Concello de Vilagarcía - Parte I - Tradicións |
|
|
As Palilleiras de Vilagarcía, tradicións |
|
|
A lenda de Sta. Plácida (Rubiáns) |
|
|
A Romaría dos "Josefinos" |
|
|
San Cibrán, abogado do reuma |
|
|
|
|
FESTAS, LENDAS E TRADICIÓNS
|
|
|
|
|
|
|
|
RACIMOS DE ALEGRÍA
Por Aquilino Iglesia Alvariño
Diario La Noche – 15 de Agosto de 1957
Prometí, no se a quien, escribir un artículo con motivo de las fiestas de Villagarcía y quiero cumplir mi palabra. Por eso mismo, porque no es frecuente cumplir una palabra comprometida entre sonrisas por una lengua en exceso lubricada, por eso mismo digo, es tan bonito presumir de fidelidad a la palabra empeñada.
No hay, desde luego, virtud ninguna en el cumplimiento de mi promesa. De suponerla, quizá mi palabra quedara en el aire melancólico de las promesas. Si la cumplo es por esa buena razón que se tiene para hacer una cosa, cuando no se sabe por qué se hace, que es cuando se hace con corazón.
Quizá me impulsaran a ello mis años de Villagarciano y quizás también el ejemplo de fidelidad a una promesa que nos da Villagarcía y otras muchas villas gallegas al celebrar la fiesta de S. Roque, fidelidad que tiene mucho de ola renovada y luna nueva que no falla nunca.
La peste era en Villagarcía como en Vivero o Betanzos, un personaje con el que había que contar de tiempo en tiempo. Hay plagas periódicas e inevitables con las que se cuenta a diario como las del campo, que nos persiguen a cada hora y con las que cuenta siempre, al segar el trigo y al matar en cerdo, al cruzar la calle , al abrir la boca y al tomar aire.
Estas no llegan a ser personajes. Uno se acostumbra a soportarlas cuando no es suficientemente hábil para esquivarlas. Sin ellas no existiría este juego encantador con que nos divertimos y sin el que sobrevendría la pesadez estéril de un vivir tranquilo que no parece deseable y que afortunadamente nadie nos ofrece.
La peste es otra cosa. Tiene un origen desconocido y viene de lo desconocido también. Llega por el mar y por el aire con los calores del verano y del otoño. Inficiona todos los dones de Dios, el pan y el agua en primer lugar , subiendo por las venas como una llama que funde los huesos.
El joven Virgilio creía que era la pálida Tisifone en persona, la más terrible de la furias, vengadora de asesinos, que saliendo al sol de las tenebrosas aguas de la Estigia, sacaba a pastar la peste y el miedo.
No es preciso imaginar lo que ocurría al aproximarse el terrible rebaño de Tisifone a Villagarcía, a Nápoles o Florencia. Todo el mundo tiene un rincón oscuro en el alma en el que es fácil contemplar este miedo antiguo que no abandona a los hombres.
Lo que no comprendo fácilmente es por qué en ese momento acudió Villagarcía y tantos otros pueblos a S. Roque, un peregrino apestado de la tierra de los trovadores. Quiero suponer que fue por el hecho de que entre los dones de la peste arrebata, el primero es el de la alegría. Si ello es así, los patrones de los gremios de Villagarcía estuvieron acertados. San Roque, un Job del siglo XIII, hijo de la alegría de un país de viñas y canciones, caído en la tristeza de su mal y renacido en la fiesta perdurable que el alma anhela, es el protector ideal de los corazones tristes . San Roque con Santa María.
En pago de su protección yo no sé que le ofrecieron. Pero a juzgar por lo que veo, que es una tendencia vieja que quiero que se me disculpe, no fueron grandes penitencias, que no tendrían sentido después de salir de una peste.
Las ofrendas de que tengo noticias fueron más bien de alegría; de gaiteros perpetuos y coro de danzantes que pagaban los cabildos, gremios y concejos, o que cantaban y bailaban por devoción, que es lo estupendísimo y macanudo.
Si por su rareza valoramos los dones del corazón como los de la tierra, la ofrenda del gozo y la alegría tiene que ser la más valiosa que el hombre puede ofrecer, tan rara es ella.
Esto se olvida algunas veces. Hace años comenté la desaparición del último juglar de Santa María, que lo fue Coruxeiras en tierras de Mondoñedo, que tocó de gracia en las fiestas de S. Roque de los Molinos desde que pudo con la gaita al hombro. Lo hice con tristeza. Su plaza de gaiteiro de coro se había amortizado con él.
Hoy constato con gozo el mantenimiento en Villagarcía y otras villas de Galicia de la ofrenda de alegría que hace tantos años acordaron a S. Roque “Pelegrino”.
No es fácil mantener la palabra dada. Quizá no haya mucha virtud en mantenerla cuando se mantiene mi motivo de muy grave represión cuando se falta a ella. San Martín Dumiense era muy tolerante sobre este punto, tal vez demasiado, y los gallegos que nos habíamos olvidado de Santiago, fuimos evangelizados de nuevo por S. Martín. De todas maneras es bello cumplir lo prometido aunque sea ligando en la promesa lo que es anhelo espontáneo del corazón y que no puede fallar.
Siempre me conmovió vivamente la alegría “Evítense los tristes, las almas del mal ángel”, decía Séneca, no antes para mí de que yo lo pensara. Pero ninguna tanto la alegría de las fiestas de S. Roque renacida año tras año de una oscura ola soturna de miedo. Es algría que canta en los ojos que vieron la muerte y que en las aldeas se simboliza en el primer racimo del año. Ligeramente pintado, se lo prendes a S. Roque en los dedos, mutilados por el mal tiempo , que no tiene cura. Se lo prenden en las manos que sostienen la fresca “Cabaza” y el bordón. Cuando sale alrededor de la iglesia en procesión , el racimo nuevo de la alegría se mece suavemente, pleno de gozo, como una cabellera de rizos de oro, como un ejemplar de abejas de oro, un racimo de alegría.
|
|
|
|
|
|
|
|
San Roque: su devenir histórico y las Fiestas Patronales de Vilagarcía
San Roque, Conde de Montpellier, caminó por el mundo en época medieval en un momento en que se abandonó la higiene y la cultura física que tenía por objetivo resaltar la belleza y la perfección física del cuerpo legado de Grecia y que los romanos difundieron por el mundo en aquel entonces , abandonándose los gimnasios y balnearios y teniéndose que crear , como consecuencia, hospitales , lazaretos y leproserías para aliviar las tremendas y desagradables enfermedades que las guerras, peregrinaciones masivas y la casi total ausencia de aseo.
Roque de Montpellier, renunciando a todo el bienestar que su posición le brindaba, se dedicó con todo afán y abnegación a combatir la peste y a asistir a los enfermos, proporcionándoles todo alivio posible. Así, su prestigio como milagrero se extendió por todo el mundo cristiano y la fe popular lo hizo santo mucho antes de consagrarlo la Iglesia.
Fue corto su vivir, 1295 a 1327. Contaba pues 32 años de edad en el momento de su fallecimiento.
Durante la celebración del Concilio Ecuménico de Constanza (1414-1418), con motivo del Cisma de Occidente, se produjo una epidemia de peste en aquélla ciudad. Los Padres Conciliadores, dispusieron rogativas y procesiones en honor del Santo. La epidemia cesó con rapidez y se acrecentó la fama de San Roque como médico divino y abogado contra la peste y los males extraños, extendiéndose su culto por todas las feligresías.
La devoción a San Roque en Galicia se inicia en 1558, cuando dos soldados componentes del ejército de Carlos V llegaron a Lugo y eran portadores del “tabardillo maligno” (tifus). La mortandad por contagio fue tal que, casas enteras eran cementerios de cadáveres que tenían que pasar varios días sin enterrar. Con lo cual el contagio aumentaba enormemente. De aquí nace la devoción a San Roque.
En nuestra ciudad nace la Cofradía de San Roque en 1698, estando todavía sin rematar las obras de la iglesia parroquial, que finalizaron en 1702; por lo cual, la mencionada Cofradía actuaba en la capilla que dio nombre al barrio de San Roque, que bajo la advocación de este santo, se construyó en 1676 como dependencia de la casa denominada “Pazo de Martelo”, situado frente a la capilla actual, y que habían construido los herederos de D. Pedro de Navia y Osorio, abad de Baión, Canónigo de Santiago y apoderado de confianza del Arzobispo D. Fernando de Andrade y Sotomayor, fundador del Convento de Vista Alegre.
Una vez que finalizaron las obras der construcción del templo actual, la recientemente creada Cofradía trasladó su quehacer a la nueva iglesia, abandonando –aunque no del todo- la antigua capilla. De este abandono da idea el comentario del representante arzobispal en su visita, que tuvo lugar el 24 de agosto de 1725, en el que dice:…”que en la capilla de San Roque se ponga el santo nuevo, que dicen que tienen, enterrando el expuesto…”
Así fue cumplido el mandato, pero se construyó una nueva imagen, -además de la de la capilla- que se instaló en la nueva iglesia parroquial, y que fue venerada hasta el año 1840, en que la Cofradía de San Roque constituida por el gremio de trabajadores del mar, con los fondos propios y donativos de personas devotas, adquirió la imagen que hoy se venera y a la que, por no resultar una obra maestra, se le cambió la cabeza –por la que tiene en la actualidad- en 1873. Los festejos en los primeros años, consistían en un novenario en la capilla del Barrio de San Roque a donde se trasladaba la nueva imagen, romería en la robleda de Marxión , verbena en el barrio, con iluminación de farolillos, misa solemne, procesión y mucho fuego, del que derivó el clásico COMBATE NAVAL.
La primera vez que se realizó este simulacro fue en 1866, en la zona de Las Barreiras, lugar donde se hallaba el hoy desaparecido Colegio León XIII, entre una fragata, la Numancia y un castillo instalado en tierra. Parodiando al ataque al Callao (Perú) por Méndez Núñez, y que había tenido lugar el 2 de mayo de ese mismo año de 1866. A partir de entonces se celebró el simulacro año tras año. Al final, y como colofón de las fiestas, se lanzaba un globo de “colosales dimensiones”, construido por la gente joven, desde el atrio de la iglesia, al grito de: ¡Corta!.
En el año 1883, la Cofradía del Santo, se disuelve y proponen al Ayuntamiento la adquisición de todas sus pertenencias (imagen, estandarte, etc…) y en sesión celebrada el 7 de junio de ese mismo año, bajo la presidencia del alcalde D. Francisco Ravella, el pleno municipal acuerda acceder a la petición de la Cofradía adquiriendo sus pertenencias y nombrando una comisión con apoyo económico, para que las fiestas continuasen celebrándose.
El gremio de gabarreros continuó, por su parte, constituyendo el fondo limosnero de San Roque , que invertían en fuego de aire para quemar en la parada, al paso de la procesión por la Alameda.
En 1884, la Corporación Municipal, comandada por el alcalde Ravella , decide declarar a San Roque Patrón de la Ciudad, tomando un impulso definitivo sus fiestas.
Como a partir de entonces los festejos se habían desplazado hacia la Alameda y el muelle, los vecinos del Barrio de San Roque en 1894, solicitaron, y obtuvieron, que las “vísperas” se celebraran en su barrio. La atracción y colofón final siguió siendo el COMBATE NAVAL.
En 1902, se acordó encargar al pirotécnico Valladares la fabricación del famoso Combate y, como novedad, se introdujeron los fuegos acuáticos. El alarde consistía en una lancha artillada atacando un castillo emplazado en el arenal. Se suprime el globo que se lanzaba desde atrio de la iglesia.
En 1907, se introduce una innovación en el simulacro del Combate. Consistió en dos escuadras enemigas: una asomaba por El Castro y la otra salía a su encuentro desde la punta del muelle, para batirse en cuanto ambas se hallasen a tiro. Simulaban el combate del Port-Artur, entre rusos y japoneses.
La modalidad de las naves atacando al castillo es lo que pervive y que, año tras año -desde 1919- realizó en famosísimo (y premiadísimo es esta profesión), pirotécnico escultor de fuegos artificiales Emilio Valladares, hasta el año 1959, ya que en la calurosísima tarde del 16 de junio de 1960, y en compañía de su familia, se hallaban preparando la edición del combate de ese año, una tremenda explosión acabó para siempre con su vida y con la de casi todos los miembros de su familia, poniendo así, drásticamente, punto y final a su vida y a su obra.
El combate fue suspendido en los años de la Guerra Civil, reiniciándose en agosto de 1940, por la Comisión de Fiestas que comandaba Elías Penide López, que pese a tener poco dinero -unas 60.000 pts.- hablaron con el Sr. Valladares y el combate se celebró.
El castillo que se quemaba llegó a tener 600 metros cuadrados y ya en el año 1929 costaba 4.000 pts. y los fuegos surtidos 2.500 pts.
Actualmente sigue atrayendo este espectáculo a miles de personas.
Esta “fiesta de fuego hecho arte” hizo exclamar al gran poeta, y director del desaparecido Colegio León XIII, Aquilino Iglesia Alvariño: “Es un gran incendio de colores que las olas van multiplicando hasta La Puebla y Ribeira”.
Autor : Manuel Suárez Fuentes |
|
|
|
|
|
|
|
Historia de la italiana Rita Mancini Ferri “Santa Rita”, Villagarciana de adopción
En la región italiana de Umbría, célebre por la fertilidad de sus campos y la hermosura de sus valles, en una aldea llamada Rocca Porrena, a tan sólo diez km. de Casia, nace en mayo de 1381, Rita Mancini Ferri, que sería, al paso de los años, virtuosa adolescente, sumisa y cariñosa esposa, madre ejemplar, sufrida viuda y religiosa modelo.
Fue hija única del matrimonio formado por Antonio Mancini y Amada Ferri, que la tuvieron a edad muy avanzada, causando por esta circunstancia, su nacimiento, admiración y alegría entre sus convecinos. Con respecto a su nombre, os diré que no se conocía con anterioridad, siendo ella la primera así llamada y la tradición y la fe cristiana nos dicen que fue puesto por inspiración divina.
En su adolescencia se dedica al estudio y la oración, ocupaciones a las que quiere dedicarse como religiosa. Sin embargo, el tiempo pasa y contrae matrimonio con un joven perteneciente a la nobleza de Casia, llamado Pablo Fernando, de carácter brusco e irascible que la maltrata continuamente. Logra Rita, con su educación, bondad y cariño y sobre todo con enorme paciencia y resignación, cambiar el carácter de su marido, dándole dos hijos, varones llamados: Juan Santiago y Pablo María.
Muerto asesinado su marido, pide a sus hijos que alejen de sus mentes la idea de venganza. Antes morir que matar, es su consigna. Enferman estos y fallecen, víctimas de la peste negra que invadía Europa desde 1338.
Al morir ahora sus hijos, queda sola en el mundo dedicándose por entero a la caridad y a la oración. Renace en ella su vieja pretensión de consagrarse a Dios y se presenta en el convento de Agustinas de Santa María Magdalena de Casia, en donde, tras tres negativas, es aceptada, entrando a formar parte de aquella comunidad en el año 1413, cuando contaba 32 años de edad.
Su vida como religiosa fue en todo momento ejemplar. Según el historiador y biógrafo de Umbría. Jacobilli, durante los 44 años que pasó como religiosa, tuvieron lugar hechos prodigiosos, la estigmatización de su frente, el brote de rosas en el helado invierno, etc.
Falleció en olor de santidad, tras cuatro años de enfermedad, el 22 de mayo de 1454 a los 76 años de edad.
Todos aquellos hechos prodigiosos y los favores obtenidos por los fieles que solicitaron su intercesión dan a Rita gran renombre y devoción, mucho antes de su beatificación, que tiene lugar en 1900 canonizada por el Papa León XIII.
Llega su devoción a Villagarcía al construirse y habilitarse la Iglesia-Convento de Vista Alegre por orden del ilustre villagarciano D. Femando de Andrade y Sotomayor, por aquel entonces arzobispo de Santiago. La primera comunidad de religiosas Agustinas que aquí se establecen como fundadoras, procedían del Convento de San José de Villafranca del Bierzo (León) y la componían las religiosas siguientes: como priora, la madre Juana de San Miguel y para los demás oficios las madres Mariana de San José, Inés de la Concepción, Ana de Santa Teresa y Juana de San Benito, que llegan el día de San Juan, 24 de junio de 1652, encerrándose en la clausura ese mismo día. Con ellas traen una imagen de Rita de Casia, que todavía se conserva, acudiendo los fieles a ella buscando su intercesión. La imagen está en el altar, fue donación de una piadosa señora, que ingresó como religiosa en el convento y en él falleció en la segunda mitad del S. XIX y que se conocía como madre Santa Rita. La imagen que sale en procesión fue comprada por la comunidad, con los donativos de los devotos a finales del S. XIX.
Se celebraba hasta 1913 una novena en honor de la santa, pero un hecho fortuito va a engrandecer y magnificar su culto a partir de este año. Era dueño por aquel entonces, de la parte del palacio que hoy ocupa el colegio Filipense, D. Antolín García, casado con Dña. Carmen Fernández, hija de un rico-hombre llamado D. José Fernández, que era propietario de minas de plata en México y amigo íntimo del presidente de aquel país D. Victoriano Huerta. Invita el matrimonio García-Fernández, al joven hijo del presidente, a pasar una temporada en Villagarcía, pero cuando el barco que lo traía llega a Barcelona, enferma gravemente temiéndose por su vida. El matrimonio villagarciano, lo encomienda a Santa Rita y el joven se cura de su gravísima dolencia.
En agradecimiento, Antolín García ordena magnificar el día de Santa Rita con misas solemnes, corriendo él con todos los gastos. Al año siguiente es el propio Antolín el que enferma gravemente y su esposa y familiares piden a la santa por su restablecimiento, cosa que se produce en unos pocos días. Ante esta milagrosa curación, la familia de García-Fernández, regala al convento, un altar portátil de madera tallada para la santa, el hábito para la imagen que sale en procesión y la peana-anda, también de madera tallada, sobre la que se saca la imagen. Ordenan se digan misas todo el día de la festividad y se establece el 22 de mayo una fiesta romería con músicas y baile en las calles.
Esta romería gozó desde entonces de gran fama en toda la región, acudiendo gentes de todos lados, con toda clase de peticiones a la Abogada de los imposibles, a Santa Rita de Villagarcía.
La devoción popular hizo así, a Rita Mancini Ferri, Santa Rita, villagarciana de Adopción.
Por Manuel Suárez Fuentes |
|
|
|
|
|
|
|
UN ANTROIDO EN CARRIL NOS ANOS 30
Dende os primeiros anos do século XX e até a chegada da Guerra Civil, as sociedades recreativas de Vilagarcía destacaban pola celebración dos carnavais, e en especial a Sociedade Recreativa Liceo, que tivo, durante moitos anos unha grande sona polos bailes, representacións teatrais e "apropósitos", animados polos autores Ricardo Llrioste, Manuel Rey Posse e Xoán Buhigas. Pero no municipio había outra sociedade que rivalizaba co Liceo nestas lides: O Gato Negro de Carril.
O Gato Negro preparaba todos os anos un “apropósito" carnavalesco que tiña como tema os acontecementos locais e no que os actores afeccionados da sociedade daban vida aos tipos máis representativos, pintorescos ou estrafalarios da sociedade carrilexa. Por desgraza os arquivos do "Gato", polo menos no concernente a este tema, perdéronse, pero nós logramos rescatar, oralmente, unha escena dun "apropósito" cantado nos anos trinta. As nosas informantes foron a mestra Dona Concha, viúva de don Jesús Garrido, quen fora director do León XIII, e unha veciña súa chamada Maruxa. A gravación realizámola no ano 1983.
Nesta canción dramatizada interveñen tres personaxes disfrazados de peixes: a lorcha, a faneca e o congro. Tanto os nomes propios, como os alcumes que se mencionan, coma os nomes dos barcos, eran reais.
LORCHA- Soy de las lorchas la más castiza que el mar creó.
FANEGA- De las fanecas soy la más chula que el mar pisó.
CONGRIO- Yo soy el congrio, fuerte y valiente cual tiburón.
LORCHA- Pero te pescan...
FANEGA- Y descuartizan...
CONGRIO- !Teneis razón!
LORCHA- Cuando me pesca señor Santiago iPobre de mi!
FANEGA- !Ay! No hableis de eso, que siento un peso atróz aquí.
CONGRIO- Yo sólo temo a Feliciano con el ladrón.
LORCHA- !Ay! No lo nombres...
FANEGA- Ni a mi me asombres...
CONGRIO- !Tenéis razón!
LORCHA- El Feliciano, tiene una mano...!Válgame Dios!
FANEGA- De las miñocas, la de su anzuelo es la mejor.
CONGRIO- El nos engaña y nos apaña como un traidor.
LORCHA- !Quien a él pescara!...
FANEGA- !En las mismas aguas!...
CONGRIO- !Tenéis razón!
LORCHA- Yo cuando veo que La Giralda se hace al mar
FANEGA- Con el Arete y el Roleiro para pescar...
CONGRIO- Mucho me río cuando el Arete vira el timón
LORCHA-, Y entusiasmado
FANEGA- El Roleiro al lado...
CONGRIO- !Tenéis razón!
LORCHA- Una mañana a nuestras piedras los vi venir...
FANEGA- Y huyeron todos los compatriotas que había allí...
CONGRIO- Menos un bello y un peíxe sapo, que era un guasón...
LORCHA- Y los cazaron...
FANEGA- Y los paparon...
CONGRIO- iTenéis razón!
LORCHA- Al Dios Neptuno hoy le pedimos su protección...
FANEGA- Contra piratas y pescadores de esta región...
CONGRIO- Si no hacen caso, que los castiguen sin compasión...
TODOS- !Y que los maten, aunque ello sea con un cañón!
|
|
|
|
|
|
|
|
AS PAMPÓNIGAS DE VILAGARCÍA
En Vilagarcía cidade, que se recorde (pois non existe documentación escrita sobre a súa compra, encarga, construtores, etc.), houbo unha comparsa de sete xigantes: unha parella de xitanos, outra de etíopes, outra de mouros e un "guardia". Tanto a parella de etíopes como o garda desapareceron antes da Guerra Civil e nada podemos dicir deles, por non se conservar material fotográfico. As parellas de mouros e xitanos seguiron saíndo ata principios dos oitenta, nos que un incendio acabou con eles. A parella de Mouros non tiña grande interese, por ser de fabricación en serie, seguramente procedentes de Zaragoza ou Cataluña. Non así a parella de xitanos, que semellaba de fabricación artesanal. Eran estes os que máis medo metían aos rapaces, especialmente o xitano, con longas patillas e unha enorme navalla na man que, cando o portador o facía danzar e dar voltas, a faca voaba por riba das cabezas dos espectadores. Estas dúas parellas foran restauradas, en certa ocasión, polo artista Rivas Briones. A comparsa saía o día 16 de agosto, festa do patrón da vila, San Roque, e ía acompañada dun grupo numeroso duns vinte cabezudos comprados nos anos 60. O acompañamento musical estaba composto por tres gaiteiros (gaita, caixa e bombo), os cales interpretaban para o pasarrúas un pasodobre chamado "A Diana", que os cabezudos bailaban colléndose das mans, por parellas, e dando uns pasos para diante e outros para atrás e facendo varios cruces e intercambios, collidos polo cóbado. Os xigantes bailaban calquera xota ou muiñeira, con pasos acordados de antemán entre os portadores.Despois de percorreren toda a vila, ás doce menos cuarto do mediodía tiñan que estar fronte ao adro da parroquial de Santa Baia, expostos para que os puidesen ver e tocar os rapaces, e preparados para acompañar a singular procesión que trasladaba ao santo dende a parroquial ata a capela situada no barrio de San Roque, na saída da cidade. E digo o de "procesión singular" porque se facía a paso lixeiro, ao compás do pasodobre "Triunfo", que era bailado polo santo e que, a cada pouco, os portadores facían andar cara atrás, por non se sabe que motivo.
Dato moi significativo (xunto co número de músicos), que delata o antigo desta comparsa, é que os gaiteiros levaban unha especie de chaqueta de pano escuro, moi ampla, por riba do traxe tradicional. Estas chaquetas eran propiedade do concello e entregábanselle aos gaiteiros momentos antes de comezar a tocar. Levaban bardado o escudo da cidade.
!Ah, e unha última curiosidade! Os burros adoitaban ser de Carril e aos xigantes chamábanlles "os ananos grandes", mentres que os cabezudos eran "os ananos pequenos".
Nos anos noventa xa non quedaba ningunha figura da antiga comparsa, en vista do cal o concello encargoulle ao artista César Lombera a fabricación de seis cabezudos e unha parella de xigantes, de nova feitura, que son os que saen algún que outro ano polas festas. A causa desta intermitencia é fundamentalmente económica e de falta de interese por parte das comisións de festas correspondentes.
|
|
|
|
|
|
|
|
A COROA DE DONA URRACA
Dona Urraca foi raíña de Galicia a principios do século XII. Sobre ela e o seu contemporáneo o Arcebispo Xelmírez hai moitas lendas espalladas por toda Galicia. Mesmo aquí, nas comarcas de Arousa e Salnés, aínda se conservan a través da oralidade varias delas. Non é de estrañar, pois a raíña tiña por aquí propiedades, como a torre de Caldas, onde naceu o seu fillo Afonso Vll, ou o castelo de Lobeira. Tamén o Arcebispo tiña terras e intereses na nosa comarca, de aí (entre outras cousas) que entre eles xurdiran fortes rivalidades que mesmo chegaron ao extremo de ter a raíña prisioneiro a Xelmírez unha curta tempada no castelo de Lobeira.
Unha destas lendas que chegaron ata hoxe é a da coroa da raíña, que aínda que non está demostrado que o feito realmente sucedera, si existe certa base histórica. A lenda conta o seguinte:
Dona Urraca estaba en guerra co bispo. Ela atopábase no castelo de Lobeira e, como viu que as cousas ían mal, mandou cargar todo o ouro que había no castelo en varios mulos e enviounos a Caldas, para que o agacharan. Ao final o bispo conquistou o castelo e díxolle a Urraca que, ou entregaba a coroa ou sacáballe os ollos. A raíña dixo que a coroa non lla entregaba, colléndoa e tirándoa nunha mina moi profunda que había no castelo, ao tempo que dicía: ti sacarasme os ollos, pero eu son a raíña e ninguén máis pode levar esta coroa. O bispo, en vinganza, mandou derrubar o castelo. Xa no pasado século, unha muller que estaba cavando nunha toxeira, alí en Lobeira, coa aixada levantou un garfo e unha culler de ouro. Eran restos do tesouro que había no castelo.
|
|
|
|
|
|
|
|
A FONTE DE CARMOA
Fontecarmoa é unha das parroquias máis antigas de toda a comarca. De feito a súa sé é unha pequena igrexa románica que alberga, no cabeceiro, unhas vellas pinturas restauradas hai non moitos anos. O nome de Carmoa é de procedencia latina, e viría en dar, na súa tradución á nosa lingua, en fonte do sortilexio ou fonte do feitizo. E isto entronca, perfectamente, co que conta a tradición que chegou ata nós. A fonte que lle dá nome ao lugar está situada un pouquiño máis abaixo de onde se atopa na actualidade o "Fogón da Ría", polo camiño que leva ao regato de Santa Mariña, preto da pista que lle chaman o Agro Longo. Até hai uns vinte anos, ou algo máis, por enriba de onde saía a auga había unha figura de pedra que representaba a un militar, armado cunha espada. Xusto aos pés del, brotaba a auga. A xente de por alí dicía que a estatua a fixeran os romanos, por aquilo de atribuírlle moita antigüidade. E poida que fose certo.Pero esta fonte, a parte de abastecer do necesario líquido aos habitantes da zona, tiña outra función, a curativa: Cando a alguén lle saía unha espulla (ou varias, pois acostuman vir acompañadas), acudía á fonte ao pór do sol, e entón, ao tempo que se ía lavando con esa auga, recitaba :
"Catro espullas teño no corpo, catro espullas e non me conforto. Tomando estas aguas vivas tornaranse confortativas. Augas vivas por todas, augas vivas por todas (lavando as espullas unha a unha) Lévete Satanás, que con esta agua morrerás. Con el poder de Dios y de la Virgen María, Un Padre Nuestro y un Ave María".
Para que as espullas curaran había que ir lavalas na fonte durante sete días seguidos, e ao final, parece que curaban, segundo din. E se non, tamén quedaba o médico. Pero era máis caro. |
|
|
|
|
|
|
|